El Retablo de Corciano es una pintura al óleo sobre tabla realizada por Pietro Vannucci llamado “il Perugino”. Cristoforo Ciacci y Luca di Matteo Baroni comisionaron la obra para la iglesia de Santa María en Corciano. La pintura se realizó entre el 1512 y 1513, en pleno Renacimiento; se divide en dos partes: la tabla principal y la grada. La primera representa, en su parte superior, la Asunción de la Virgen rodeada por ángeles, serafines y querubines; en la parte inferior, en una perspectiva de colinas, están pintados los apóstoles que rezan mientras orientan su mirada hacia la Virgen. En la grada, se representan la Anunciación y la Adoración del Niño, sumergidos en un paisaje arquitectónico y natural. El retablo se remonta al período de producción tardía del Perugino y evidencia la influencia de la pintura leonardesca. Los colores tornasolados, el empleo del oro, el cuidado de los detalles y la elegancia de la figura confieren gran valor a la obra.